Covent Garden

Evocar. Recordar.

Quiero volver atrás. A una ciudad donde poder perderse resulta demasiado fácil y demasiado tentador.

Ahora mismo quiero volver a cruzar por la entrada que sostenían sus columnas para resguardarme de la lluvia.

Quiero que mis ojos sean voraces y puedan asimilarlo todo de una vez, y volver a caer al bajar el escalón para ver las corbatas multicolores. Pero no solo eso, puedo ver también chalecos masculinos, bufandas... que parecen cosidos con retales de Arco Iris. A su lado, un hombre pakistaní ofrecía bolsos fabricados con mangas de chaqueta de traje.

Sin duda toda una obra de inegeniería visual.

Sigo paseando entre la red de prendas imposibles y encontrar señoras que cosen pendientes y pulseras.

Fuera de la bóveda de metal, bajo el cielo plomizo, unos acróbatas desafían la gravedad mientras la gente se arremolina bajo la lona de un puesto de verduras frescas.

En la otra parte, una voz de ópera me atrae a bajar las escaleras y contemplar como un hombre interpreta la música: da una flor a una chica, hace ademan de tirarle el jarro de agua a un hombre que come una pizza tranquilamente...paso por su lado con el paraguas aún extendido, pero se me cae y el hombre lo coje antes que yo. Imita a Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia mientras corretea por la plaza.

Al final me lo devuelve y la gente le aplaude. Todos me miran.

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El sonido de Covent Garden: Nessum Dorma , Luciano Pavarotti. http://www.youtube.com/watch?v=Cr5vpHtJIlg